Artista: Cosmo Sarson, "Breakdancing Jesus"
Lejos de la intención que proclamaría una petulancia severa, las líneas que acometen a un humilde servidor para publicar este breve escrito, pretenden girar en torno a la voluntad de dibujar una imagen mental a través del uso de las simples palabras, consumando, de esta manera, el retrato de nuestros días sobre la absoluta insolencia con la que navegamos a lo largo y ancho de nuestra realidad contemporánea.
La voluntad humana que emerge de los compendios más característicos de una sociedad civilizada continúa, todavía hoy, manifestando una extraordinaria despreocupación individual por la verdadera misión material que nos ha traído a este mundo. Vivimos una realidad que acapara conceptos desvirtuantes de personalidad, colapsando al individuo mediante menesteres infructuosos que parecen ofuscar, fehacientemente, la potencial intencionalidad del particular hacia la diversidad, convirtiéndolo en un ser totalmente esterilizado por su artificializado entorno vástamente programado.
El carácter unitario y diferencial se diluye en un degenerado y pestilente caldo colectivo, ahumando la salubridad racional del individuo en un plato que deviene vacuo e insustancial para un paladar exclusivo, aunque vastamente consumido por su mesurado contenido nutricional. Sólo los que atienden a la llamada de una selva determinante consiguen alcanzar el desvío de esa realidad insípida y apática con la que el sistema pretende, con un elevado índice de consecución, manejar nuestras voluntades circunscritas dentro de la envolvente de una decadencia elemental.
Por esa razón, entendemos que la validez del discurso maleable, hoy tildado como freaky por algunos, discrepante o disconforme, ó incluso contradictorio para otros, bien merece algo de atención si queremos resolver el problema del formalismo socializado consonante, aquel que conjuga en estrofas parasilábicas (a modo de pseudociencia instrumentalizada), la multiplicidad de versos asonantes que confundirían a una mente colectiva bien dispar.
Así pues, a partir de esta misma jornada, las intenciones de este humilde servidor suyo van a eludir con todas sus fuerzas los argumentos de aquellos que veneran el clasismo proviniente del círculo nobiliario titulativo que tanto veneramos. Pues estoy seguro que encontraremos algo más de sentido común en la mente colectiva de una manada de lobos que en el compendio que se ha generado en nuestra sociedad hasta la fecha desde las universidades de este mundo absurdo. La manada rige sus principios de supervivencia con la cara por delante sin hipocresías, ni fariseísmos, ni falsedades materialistas.
Tal y como hoy cuestionamos abierta e intelectualmente a Charles Darwin, y no sólo desde un punto de vista religioso, así cuestionamos categóricamente su "ley del más fuerte" como la fórmula que ha determinado en el ser humano la intención y el gesto de acumular para uno mismo y así matar de hambre a todo potencial enemigo natural.
Tal y como hoy cuestionamos abierta e intelectualmente a Charles Darwin, y no sólo desde un punto de vista religioso, así cuestionamos categóricamente su "ley del más fuerte" como la fórmula que ha determinado en el ser humano la intención y el gesto de acumular para uno mismo y así matar de hambre a todo potencial enemigo natural.
Imagen fotomontada del original con un lobo en lugar del perro famélico
Hay quien dice que esto es un lapso temporal y que pronto entenderemos a qué se debe tanta corrupción en el sentido de la vida. A este humilde servidor que le perdonen, pero se presta incapaz de observar nada bueno que pueda surgir de este absurdo panorama irracional..
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