A tenor del artículo publicado en el diario cada vez más de nuestra referencia, el Diario Progresista, destacamos este escrito del Sr. Mariano Beltrán, publicado el pasado lunes 4 de marzo. No partimos desde el ánimo de vincular esta pretendida crítica constructiva hacia la jactancia o el desrespeto de sus dililigentes y propositados artículos, más bien intentaremos hacer una reflexión con la más honesta y humilde intención en la exposición de sus principios:
"Es tiempo de pensar en femenino"
.."Mujeres que se rebelan contra
el sistema que las ha estado oprimiendo angustiosamente hasta la fecha,
que las está ahogando aún a día de hoy como sigue demostrando la última
EPA. Es tiempo de que las mujeres tengan una posición determinante en
este mundo cada vez más caótico...
Mujeres con coraje, mujeres
que saben lo que quieren y no piden perdón por ello. Mujeres sin
excusas. Mujeres que no hacen interpretaciones torticeras de la
realidad, simplemente vienen, se suben a un púlpito y te la cuentan.
Así, sin más. Te la cuentan con el timbre de voz apropiado y el mensaje
apropiado, sin adornos. Mujeres que quieren ganar este presente, no sólo
el futuro; mujeres del presente que apuestan por darle la vuelta al
futuro.
Mujeres que tienen ganas de apostar
por un cambio en la forma de hacer política, y te lo cuentan; mujeres
que no soportan la injusticia ni ver el dolor ajeno y se rebelan ante
eso; mujeres que dejan aparcada su comodidad para generar incomodidad y
remover conciencias. Esas son las voces que hacen falta a la sociedad;
ya está bien de paños calientes, de excusas y de peros"..
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Estimado Sr. Beltrán:
Gracias por su escrito que ensalza los valores del sexo femenino. Merecerse, siempre se merece.. Hablar de cosas positivas ante tanta incongruencia y absurdo aconteciendo, nos referimos. Aunque entienda que para algunas mujeres ello les pueda resultar algo molesto, la palmadita que todos queremos para abrir las puertas ante el desarrollo personal, social o profesional..
La pasión que surge de sus palabras sobre el tema nos conduce a reflexionar que en la historia de la humanidad todavía es continua la intención de mantener vivo el impetuoso valor de la discriminación entre los géneros de nuestra especie. Como si uno u otro necesitara la fuerza exterior de la palabra para sobrevenir alguna aplastante situación social o coyuntural.
La comparativa entre
ambos sexos, el siempre interesante ejercicio que normalmente busca una coartada para ensalzar o condenar la actuación de un individuo, está ya totalmente desfasada si se pretende levantar el ánimo o la voluntad personal. El hombre y la mujer poséen, ambos, rasgos de comportamiento y capacidades intelectuales que pueden utilizar convenientemente, con un ligero esfuerzo, para convivir amalgamados en cualquier ámbito de nuestra sofisticada sociedad.
Pese a sus obvias diferencias biológicas, desde la morfología estructural hasta la intricada composición genética, ambos sexos mantienen la suficiente competencia que les permita desarrollar sus procesos de adaptación a los medios que nosotros mismo hemos creado, con sobrada solvencia y siempre enmarcados en el nivel máximo que recoja un índice dentro del perfecto encuadre del sentido común.
No olvide aquel tan acertado clásico pensamiento que venera
la posición de la gran mujer tras la sombra del gran hombre. Nunca falla. Si ella está allí, tenga por seguro que es porque es exactamente donde quiere estar. Al igual, sin duda, que en el sentido opuesto. Generalmente la formación de parejas mantiene una constante de paridad y consecuencia, de esa forma resolvemos las riquezas de un@s y las carencias de otr@s en un mar de equilibrio e igualdad necesario.
Definir esa rectitud, coherencia, emocionalidad, arrojo y firmeza del ser
femenino por encima del género opuesto vulnera nuestra capacidad de
comprender a la especie como una entidad singular. Los rasgos que definen una
comprensión de comportamiento no forman parte de su diferenciación biológica pues ambos, tal y como nos empecinamos en este escrito, mantienen los mismos rigores ante las mismas situaciones.
En estos tiempos de burla generalizada desde las cúpulas hacia el vulgo, es necesario invertir todos nuestros esfuerzos unidos en parametrizar la mecánica de subversión del pensamiento absurdo. Sólo de esta forma lograremos encaminarnos hacia el necesario y riguroso sentido común para acabar de una vez con tanta estupidez de princpios egoistas que tan solo conducen a la incoherencia y, por tanto, al mal vivir de la gran mayoría de la sociedad.
El contingente necesario para tal ejercicio final es total y absoluto. No caben bajas, ni recelos, ni dudas sobre el cómo, el cuándo y el porqué. Iguales somos, y además todos entendemos perfectamente lo que hacemos, del primero al último..
Mejor dejemos a la poética dentro del campo de la literatura y el entretenimiento cultural. Aquí, en su periódico, los lectores venimos a nutrirnos con sus investigaciones, comentarios y reflexiones periodísticas sobre el momento politico, económico y social.
No obstante, gracias por hacernos pensar..
imagenes tomadas de funeworld
Soy Mariano Beltran. Agradezco siempre la critica constructiva, especialmente de temas que llevo tan dentro como éste. Mi artículo no es ningún modo feminista, simplemente pretende ser igualitario. Recuerdo la EPA del último trimestre en el que las mujeres están más en el paro que los hombres, o los datos del INE en el que las mujeres por el mismo puesto cobran menos que los hombres; por no hablar de las mujeres fuera de nuestro estupendo mundo occidental que son asesinadas por el hecho de ser mujeres "adúlteras", "díscolas" o llamele como usted prefiera. Por desgracia la mujer sigue siendo discriminada en este mundo nuestro aún: en occidente vía salario, en otras realidad con su vida o sus vestimentas. Por lo demás, totalmente de acuerdo con usted. Un saludo!
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Beltrán.
ResponderEliminarEntiendo que las estadísticas mundiales aposentan a la mujer en una postura un tanto más incómoda que al hombre, particularmente, ante las vicisitudes del cortejo laboral. Hace sólo unos pocos lustros que en España, una nación de floreciente calibre social entre sus rivales europeas, aboga por la igualdad de las féminas en el contexto profesional quienes poco a poco se van acomodando en importantes puestos que capacitan sus intereses y posibilidades intelectuales, lo que viene a ser un claro ejemplo de su evolución, adaptación y superación de retos dentro de la propia "especie".
En cuanto al resto del planeta.., no entraré a intentar codificar lo que ocurre en oriente o en occidente con ellas, seguro que hay muchos lugares donde se las trata de forma esperpéntica y merecen una mejor vida.
El fondo de nuestra crítica, ya que estaba usted refiriendo en concreto a varias destacadas féminas del panorama español, iba encaminado especialmente a intentar corregir de forma constructiva los clichés que abogan por erradicar la discriminación que usted condena utilizando argumentaciones que forman parte de la propia discriminación.
Me explico: "Es tiempo de pensar en femenino", "Serán ellas las que nos saquen de la sombra", "es tiempo de apostar por una solución femenina ante esta crisis masculina".., son frases que usted utiliza disertando que son ellas las que "sienten" ante tanta condición masculina presuntamente desvocada e incorregible. Así, discriminamos para diferenciar las aptitudes de cada sexo y, por consiguiente, las destacamos en un sentido que vulnera la igualdad.
Desde nuestro humilde punto de vista y con todo el respeto, no serán ellas quien nos van a "sacar de la sombra". Lo hará la sinergía que surja de la unión perfecta que se produzca entre un hombre y una mujer (en el sentido generalizado). Pues ambos tienen todas las capacidades combinadas precisas para destacar soluciones en un planteamiento problemático común como el que hoy nos ocupa. Sin fundamentar el origen del error en un sexo u otro, sinó en ambos juntos porque así es como surgió.
Saludos y gracias de nuevo!