recogida de una actualidad con el ánimo de archivo y la opinión personal

viernes, 18 de diciembre de 2015

Beligerante es el silencio, ensayo



Instalación de Chiharu Shiota



Circunspección, calma, reserva.. 

Ocultación, secreto, sigilo..
Prudencia, mutismo, omisión.. 
Afasia, reposo, sosiego..
Vacío.

Venga como fuere, el etéreo Silencio mantiene siempre unas constantes que bien pueden ser dibujadas con carboncillos de variada resolución.  Las premisas que usamos en la escritura de su explicación otorgan siempre un antecedente que ayuda a completar su rigurosa interpretación.

Si no hay contexto, no hay estabilidad en la conclusión.  Pues inerte y sin apenas mucho sentido, por sí solo, navega pretendidamente implícito surcando el medio que le empuja hacia su indefinición.  A pesar de ello, manifiesta
 trazos de la física que aporta las pinceladas coloridas al paisaje de nuestra razón.


Silenciar una voz,
afonando aquel chasquido.
que produce el griterío
imaginario de la intención.


Vuelve a romper la trayectoria del tiempo, detonando plácida e ininterrumpidamente las cuerdas vocales al compás de un metrónomo que previene a los sentidos de caer en la vulnerante introspección.  Tempo, ritmo, armonía del contrasentido que nos aleja del temible error.

Busca toscamente en la mecánica de las fuerzas opresivas un desesperado rescate de aquello axiomático, todo lo que subyace en el misterio ejercitado desde el concierto de la proporción conclusiva.  La profunda, la versada en la cadencia, la ordenante del equilibrio con la regularidad métrica del orden y la perfección.

El ritmo de la mentira y el compás de la justificación.



metrónomo de Praga



Reflexionar.. 
Compraré un sólo gramo de esperanza, un ligero puñado de razón.  Abandonaré el estado de fiera inconformista que pretende conducirse en la absoluta aseveración.  Sé que pronto surgirá la respuesta adecuada, si contengo por un momento la necesidad apasionada de querer argumentar mi testaruda afirmación..




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