"vas por ahí sin prestar atención y cae sobre ti una maldición.."
Todos los que vivimos la adolescencia en los años 80 conocemos de memoria la letra de "Escuela de calor" de Radio Futura, incluso los que no. Santiago Auserón, alias Juan Perro, aquel de Zaragoza que estudió filosofía en la Complutense de Madrid y en el Centre Universitaire de Vincennes, sabía bien lo que decía ya en aquel tiempo. No es que el tipo aludiera a la alienación con esa estrofa en particular, es sólo que nos ha venido bien como cuña para introducir el concepto de alienación en esta pequeña reflexión mundana.
La alienación es hoy un concepto plenamente arraigado en nuestra sociedad, lo entendemos de forma invisible y aceptamos su influencia en el declive de nuestra personalidad y la decadencia de lo que vivimos.
A lo largo de la historia hemos inventado mecanismos de influencia para manipular las mayorías sociales con el único objetivo del beneficio de las minorías. Los pretextos manipulativos siempre fueron hábilmente enmascarados. Así hemos evolucionado de forma unilateral pensando que mientras la teta diera leche haríamos helados (la ubre, me refiero).

Nuestra evolución, presionadamente asociada a la fácil integración de los mecanismos de influencia, ha propiciado que la mayoría de individuos pasemos la vida navegando dentro de nuestra mente día tras día sin concretar en nuestras voluntades, predilecciones, ni objetivos. Simplemente pensando cómo molaría tal o cual..
Cuando fuimos jóvenes nos lo advertieron reiteradamente. El Sr. Perro, por ejemplo, se esforzó de forma continuada en ofrecer su discurso sugerente de forma melódica en todas las fiestas veraniegas, pero hicimos caso omiso, demasiadas metáforas, me temo..

Yo soy un individuo que cree en el esfuerzo para un fin concreto, creo en los valores del desarrollo para la evolución cualitativa de nuestra forma de vida. Creo en que si te lo curras mereces algo mejor. Pero no de forma desmesurada. Creo que la diferenciación entre nosotros solamente aporta riqueza en la estructura del devenir. Creo, en definitiva y por eso lo manifiesto, que la alienación que estoy siendo forzado a sentir no es un concepto válido para mi mundo real ni para el colectivo de integrantes de este planeta con sentido y sensibilidad.
Creo que los que carecen de estas cualidades no se plantéan semejantes problemas, simplemente existen y ya está, independientemente de si son auténticos originales o no.
Creo que los que carecen de estas cualidades no se plantéan semejantes problemas, simplemente existen y ya está, independientemente de si son auténticos originales o no.
Por este motivo, el resto de mis días me esforzaré para no caer en la desidia, el menosprecio y la destrucción que unos y otros están creando con sus implantaciones de control colectivo. Combatiré a todos aquellos en la medida en que me sea posible, de la forma más eficaz y coherente ante la opresión del sistema de control. Empezando por el principio sin prisas pero sin pausas.
Por que quiero morir habiendo vivido, nada más.
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