recogida de una actualidad con el ánimo de archivo y la opinión personal

miércoles, 25 de mayo de 2016

Peter Glidden y la medicina de la muerte






Peter Glidden, en una grabación del año 2011, afirma que en los EEUU los médicos matan a sus pacientes pretendiendo darles el tratamiento para curarles.

Nos advierte que el principio de esta estructuración fue iniciado por los poderes tácitos para obtener aun más beneficios económicos.

Las publicaciones que podemos encontrar en internet relacionadas con el Informe Flexner son múltiples.

Por ejemplo:

   "No obstante, por aquella época se contaban dos veces más practicantes de medicinas alternativas que de medicina ortodoxa (alopática) y se enseñaba la homeopatía, la fitoterapia (plantas medicinales) y las medicinas manipulativas de rehabilitación y masaje. La reforma médica las erradicó. Hizo que el número de escuelas pasara de 650 a 50 y el número de alumnos de 7.500 a 2.500.  La salud cayó en manos de la élite rica masculina. La medicina se transformó en un instrumento al servicio de las altas finanzas: las fundaciones Carnegie y Rockefeller habían financiado el informe Flexner y su aplicación.

El poder económico tomaba el control de la medicina.  Desde entonces la explota con los desastrosos resultados que conocemos. Sus artífices son los médicos, que disfrutan de privilegios como poder, dinero y prestigio. 

Entre 1910 y 1925, gracias a las reglas establecidas en el informe Flexner, la AMA (American Medical Association) y los AAMC (Association of American Medical Colleges) eliminaron la mayor parte de los asistentes médicos, principalmente mujeres y negros.  En nombre de la ciencia y de la calidad del ejercicio profesional, se exigió a los colegios médicos que adoptaran las recomendaciones del informe Flexner o sea el regimen de terror médico.  Las escuelas debían asumir el sesgo "científico" impuesto por el informe, financiado por la Fundación Rockefeler, so pena de desaparición"..
  
fuente

Otra fuente de interés



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Intentar razonar la contradicción de una frase que reza:

          "voy al médico a que me recete algo que acabará con el dolor y con mi vida", 

es, sin duda, un ejercicio interesante a desarrollar.  

Muchos argumentarán directamente que las palabras del Sr. Peter Glidden conjugan otra teoría conspiranoica, tan de moda en la actualidad. Aunque quizá sólo pretenda emancipar nuevas cuestiones desconocidas desde la concepción de la vida holística, en detrimento de la existencia mecanizada e impuesta por la evolución de nuestro racional tan descontextualmente individualizado.  Quizá se trate de otra manera de observar lo que realmente nos sucede.

Dicho ejercicio analítico podría convenir a priori que simplemente se trate de una absoluta aberración, un lapso de lo irracional dentro de nuestras vidas, pues si atendemos a la voluntad que cualquier individuo que se presta a concentrar su propia mente sobre una materia tan compleja como la medicina occidental, éste requiere de un tesón, una dedicación y un esfuerzo que sobrepasarían la voluntad de cualquier recompensa personal transformada en prestigio y dinero.  

Dicho esto, un servidor no puede dejar de pensar en otra frase, la que un gran amigo y doctor en cirugía general una vez pronunció, mientras la conversación existencial peinaba nuestros sentidos después de un generoso y complaciente homenaje a la digestión: 

          "..todo es mentira".

Desde este punto y una vez observadas las descaradas manifestaciones de la industria farmacéutica sobre las regulaciones de los compuestos registrados parcialmente, siendo comercializados puntualmente para, de esta manera, amasar ingentes fortunas de una forma irracional y utilizando la liturgia de las patentes; también, por otro lado, observadas las prácticas de eminentes casas familiares dedicadas a las sanaciones en el campo de la oftalmología, en concreto una casa de la amada Ciudad Condal, quienes acuden anualmente a países africanos para practicar nuevos métodos médicos sin el peligro de ser demandados por ningún jurisperito y no con el pretexto público de ayudar altruista y solidariamente a los más necesitados. Después de estas sencillas observaciones, uno puede llegar a considerar que las teorías como la del Sr. Glidden son algo totalmente plausible y, posiblemente veraces en el contexto de nuestros días.

Conjugar todos los ámbitos circunscritos en el mentado problema y desarrollar, a su vez, la solidez de un pensamiento racional que justifique algo sobre este particular tema, probablemente genere en uno la perplejidad más absoluta que, seguramente, sentiría si se le dijera al excelentísimo señor Robert Venturi que la historia escrita le considera el padre del Post-Modernismo en la arquitectura, movimiento del que él mismo se desvinculó públicamente en el año 2001, después de dedicar la mayor parte de su obra a la analítica entre la complejidad y la contradicción en el arte de construir.

La vida sigue y nosotros, entre tanto, aprendemos.  El contexto se hace más complejo y las consecuencias de todo lo que ocurre son cada vez más importantes.  Las cosas fluyen por sí mismas, a pesar de la contraria voluntad del que las creó gracias a las conjeturas que ejecutan los poderes, quienes manifiestan su sólido interés en transgredir voluntades y conceptos para llenar el saco de su ambición irracional.

Esto sólo se detendrá con el alzamiento de la razón que determina la ética por encima de lo absurdo.




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jueves, 7 de abril de 2016

ALLAN WATTS and the real dream killer









"Our success is a failure"..

"We must try to think of death as the same thing as when one goes to sleep and never wakes up. Everybody is I, when one dies, one gets born.  

The organism we live in is enormous, we are particles of sand in the desert.

The electronic reproduction of life we run home to see isolates people, an invention of a mindless crowd".




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Born is whoever feels an existence, (s)he tastes all the infinite flavours and sees consciously the marvels around the own self.  Reality comes to us in very different manners, though it has well been defined for us in multiple shapes that have been carved by our ever evolving idea of the present, past and future.  We have been given the capacity to think so we need to imagine to gather these facts as "true truth" within our own being.

As Alan Watts describes along more than four hundred talks he has archieved during his teaching lifetime, we have constructed a reality which has little to do with what is really surrounding us.  If we start analising the appetiations of our senses, we may be able to understand that other creatures in our planet hear, taste, see, smell and feel everything in such a diffent way to us, that reality becomes suddently abstract to us due to the complexity of its forms.

Gathering information to be able to understand the whole is the key to ensure a profitable existence.. 







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Professor SLAVOJ ŽIŽEK at "More for less" Congress - a particular view on art, space and society







A profound thinker, comunicator and "so on..",  Professor Slavoj Žižek lets us figure out a slight different way to interpret the adopted Ludwig Mies van der Rohe phrase "less is more", from a new point of view.

He states his particular upgrading of that concept to nowadays times: "more for less", root of the congress he was invited to.


The excesses of our civilisation, he suggests, guide our current views on social evolution, starting from a sexual approach to mechanising the own act of making love to then continue through an analisys of the architectural realm as a privatised volume of space.  The understanding of "the entire stretch" as a social entity follows the aim to understand what he portrays as the gap between the inside and the outside space of a building, that layer of reality which makes the whole notion of volumetrical territory as something that belongs to a certain human status o class in our highly layered society.

"I believe I do not believe in what I would believe I believe.." is not a pleonasm he would incur into. On the contrary, his overwhelming rationale is as clear as it is his critical narrative, that which withstands the arguments of probably the most influential post-modern architects of our time. He spends quite a long while analising Alejandro Zaera's philosophical approach on his Yokohama Cruiser Terminal, relating it to other works from great contemporary designers on the basis of the public and private realm. He generates an interesting new concept for space as the third field which excludes certain people from public spaces as much as all servicing installations occupy invisible gaps within any given building.

He finally concludes his talk warning the architects as follows: 


"When you are making your plans, treck softly because you treck on the dreams of the people who will live in and will look at your buildings".


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Dear Professor Žižek, 

Someone once said "a philosopher learns always from the poet", probably as Don Quijote learns from Sancho Panza.
     
As you suggest in your flamboyant and swashbuckling conference to all those who climb mountains to reach the top to then come down again (..when is way better to "stay down and read a good book.."), I would kindly recommend you to have a thorough read to Gaston Bachelard's Poetics of Space, a book that has meticulously been studied by every dedicated architect of our times.  

On one hand, that year 2010 Congress had the intention to investigate the keys to a fairer and more efficient architecture, that which would be able to cope with periods of crisis and optimize resources to achieve better quality with less costs, certain aspects, on the other hand, which are intricate along the process of designing any building since the beginning of our times as a civilisation.

The worry one extracts from listening to your speech would not be such if you had contrasted your socially biased views with the opportune thinkers of the architectural profession.  These people would have shown you how accurate their own personal concern is on the basis for social needs through their work. Please, rest assured the design processes they fulfill from a small garden shed to the most intricate hospital building, a new urban development or a whole wide city, takes the human scale  and its necessities much into their mind.

Also, I would humbly guarantee to you that your crap, as every other human being's, will always travel down the pipes hidden inside the walls and floors of a building, because no one gives a shit about where it finally and definitely goes to vanish.

As Mr. Bachelard stated in the Intimate Immensity chapter, the "inner immensity (of one self) is what gives the real meaning to certain expressions concerning the visible world".


"And with a stroke of the pen 
I name myself Master of the World.
Unlimited man
Pierre Albert-Bireau


Interesting, though, the first five minutes of humbleness shown in your highly formative and amusing conference.  I'd like to kindly ask you, nevertheless, to let the architects think by themselves upon what's best for our "post-modern" society, they are intellectually enlightened by the hard work they have been applying since their first step set onto their own university grounds..




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miércoles, 30 de marzo de 2016

La rotura del contexto, ensayo





Milan Kundera Ignorancia
Capítulo 35 

"... la realidad ya no es lo que era cuando era;  no puede ser reconstruida"



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Al buscar la profunda razón que nos mueve por el tiempo, poco podremos esclarecer de ese preciso momento pues el instante ya ha dejado de estar.  Cubrir de método la rotura cognitiva exaspera cualquier remedio natural, determina un artificial apósito voluntario que conduce a una irremediable herida emocional.

Si por el contrario uno se permite fluir con el lapso, si se deja llevar por la coyuntura que le fagocita abandonando cualquier resistencia que le procure su perseverancia, será más próspero el devengo pues su adaptabilidad aumenta, además de enriquecer su voluntad personal.


R_e_sistirse al imprevisto.
Conduci_r_se por la realidad.
Controla_r su entorno.
Desvelar camin_o con premura.
Dibujarse uno la propia ve_r_dad.


El disparate cometido cuando forzamos la analítica de esa rotura contextual, es capital.  El tiempo es para todos el único valor que se dedica a mancillar cualquier otro concepto que nos empuje a interpretar, somos súbditos del momento y esclavos del azar, pues la duda siempre ha existido y, tengámoslo claro que por mucho que insistamos, por siempre existirá..

La persistencia garantiza que los resultados son inevitables.




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viernes, 4 de marzo de 2016

La tierra empieza donde termina el mar, ensayo





Cuando uno comienza a despertar la visión ininteligible generada por la monotonía cotidiana, despacio, abre su mente mientras trata de enfocar el encuadre de una nueva realidad con un cuidado extremado.  Paulatinamente aprecia nuevos colores, se va despejando el panorama oculto por la insolvencia de la comodidad y la cobardía, y se descubre que los días pretéritos han desaparecido a una velocidad inconcebible, sin apenas haberlos podido aprovechar.

La sensación que aparece resulta espantosa, delirante, aterradora.., aunque también consolida una imagen de la que el perezoso y torpe intelecto huyó desde que el letargo del alma subjetiva empezó a construir el rincón donde madura el mal hábito hacia la desesperanza.  Se trata de la visión siniestra de una sólida nebulosa que adormece los sentidos, un estado que contiene atributos más relacionados con la hibernación de la psique (o fuerza vital) que con cualquiera de las ideas que permiten encontrar algo de realismo positivo en una mente despistada.

Buscar la verdad en un instante como este, es tan comprometido que constituye un ejercicio de alto riesgo, especialmente si nos apoyamos con el báculo que utilizamos al andar indeterminados por un realismo desdibujado.  Mientras nos incorporarnos para advertir la evidencia, caemos de bruces al suelo sin poderlo controlar.  El firme es demasiado abrupto y topamos con todos los impedimentos pasados por alto debido a la falta de visión dispuesta por la lenta e inadvertida destrucción de nuestro propio ego.  Aún, incluso, cuando la descripción de la realidad venga servida en platel de argento por aquel que luce un dorado color de verano ideal, seremos incapaces de ver el camino preciso que nos conduce a una verdadera y auténtica finalidad existencial.

Estamos ahí ante ese instante en el cual uno debe afrontar un contencioso con las incoherencias del pasado y desde donde necesita impulsar nuevas fuerzas con un encuadre hacia un panorama más colorido y funcional.  Todo ello sin desestimar la profunda y cautelosa analítica de los motivos que encauzaron esa desestructuración primaria y valorando, sobretodo, todos los efectos secundarios que deriven del posible desenlace final.

Decía Churchill, en una frase seguramente fuera de este contexto pero útil en la semántica actual, que "el éxito no es definitivo y que el fracaso no es fatal, es el valor de continuar lo que cuenta para avanzar".  También Machado, el gran poeta, cuatro principios claros nos dictó hace ya un tiempo atrás:  "Lo contrario es también frecuente.  No basta mover para renovar.  No basta renovar para mejorar.  No hay nada que sea absolutamente "empeorable".

Visto así, una simple oración perfecta puede hacer desmoronar a un texto barrocamente elaborado, aquel que divaga con el concepto sin puntualizar en la razón. Laconismo antes que demagogia, precisión, elaboración, exactitud, claridad, concisión y conclusión. 

Estamos hartos de oírlo, no hay más que simplificar la vida para no sentir complejidades al intentar determinar caminos acertados.  La verdad absoluta siempre vendrá oculta completamente por la duplicidad.

Dale tiempo, amigo.., pero jamás dejes de pensar.




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martes, 1 de marzo de 2016

El pesar de los pesares es tan ligero que quizá no existe, ensayo






Lejos de pretender establecer las pautas que coordinan la mecánica entre las interacciones que se desarrollan en la sociedad, cuando uno piensa en ello, es difícil evitar creer que en ciertos momentos de circunspección introspectiva, la razón más elemental que motiva a los individuos a interaccionar los unos con los otros radica en la supervivencia dentro del colectivo social.

La soledad es un campo desconocido y opuesto a nuestra curiosidad por naturaleza.  Como dijo Blaise Pascal:  "todas las desgracias del hombre se derivan del hecho de no ser capaz de estar tranquilamente sentado y solo en una habitación".

A pesar de todo lo que podamos distinguir como elementos discordantes bajo la razón o el empirismo, casi todos los enunciados particulares pueden ser consolidados en una disyuntiva según se aprecie por el pensamiento subjetivo, bien sea propio o ajeno, independientemente del tipo de relación que establezcamos o creamos que hemos establecido a priori.

Poco tiempo atrás, un adorable y provocadoramente inteligente ser humano, de una forma algo contundente asentía ante la cuestión que nos ocupa como la clave exacta para poder disipar las dificultades que sentimos durante el progreso de nuestras vidas.  Todo sentimiento es falso, todo es irreal.  Afirmando que la obtención de algún beneficio constituye el preciso mecanismo que consolida nuestras formas de navegar en paralelo sobre el contexto emocional, probablemente en la más pura de las relaciones sociales posible, la que va más allá de la tan compleja amistad.

Aquello que nos hace creer que la máxima afinidad entre dos personas es un espejismo de banalidades y carece de una profundidad sentimental.  Constituye una composición de humilde objetividad y más relacionada con el pensamiento centrado en la errada hipótesis o la mala experiencia personal.  Ante éstas, se dispersan las concreciones relativas a dicho concepto con insultante facilidad y pueden hacernos perder el hilo que conduce hacia el futuro y pleno camino que podamos pretender andar.

El vacío que se produce al pensar que una verdadera razón existencial puede ser la indiferencia, como apreció Albert Camus determinando que "hay en mi un vacío atroz, una indiferencia que duele";  se nos puede llenar la mente de variables desconocidas y, por tanto, despreciables si nos conducimos por la vida con el desafecto o la neutralidad.  El mero echo de concebir el vacío significa indiscutiblemente que entendemos la existencia de algo que no se puede, por tanto, negar.

La teoría no es como la práctica, pero la primera se acerca extremadamente a lo que entendemos por construir la realidad.  Los caminos pues, si seguimos la lógica científica que no puede negar aquello imposible de recortar en cifras como el infinito, convergen paralelamente durante tramos tan longevos como uno quiera descifrar de su propio sentimiento de integridad colectiva, pues es exactamente ese concepto el que constituye el elemento que cohesiona cualquier relación social.

Otros rezan pomposas y complejas oraciones sobre la infinidad del individuo, la compleja hibridación objetiva y material con el vacío del Universo, la singularidad existencial de todos y cada uno de nosotros que puede llegar a determinar ejes de energía donde la materia deja de ser tan funcional como la entendemos en nuestra forzada y clásica realidad, como nos indica felizmente el honorable pensador autodidacta Nassim Haramein.

De entre muchas otras teorías, los postulados generales de la física cuántica nos conducen a variadas formas de entender aspectos sobre el lleno y el vacío, lo posible, lo imposible, lo real. Fundamentos que definen aquellas posibilidades tautológicas que establecen la imposibilidad indiscutible de adecuar la experiencia de lo vivido como un único eje del razonamiento más pragmático en lo que atiende a la interacción social.

Claro está que si no atendemos a otras maneras de ver la vida, estos interesantes postulados jamás se contrastarán.








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martes, 19 de enero de 2016

El nauseabundo colectivo que busca una razón evolutiva más elemental





"París. El patrimonio acumulado por el uno por ciento de las personas más ricas del mundo superó en 2015 al del 99 por ciento restante, con un año de adelanto respecto a las previsiones al respecto, informó este lunes la ONG británica Oxfam en tanto se aproxima el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza).
"La brecha entre la franja de los más ricos y la del resto de la población (del planeta) se ha profundizado de manera espectacular durante los últimos doce meses", constata un informe de la ONG titulado "Una economía al servicio del 1%", publicado en lo previo al foro (WEF), que comienza el miércoles en Davos.
"El año pasado, Oxfam predijo que esto ocurriría en 2016. No obstante, ya ocurrió en 2015: un año antes", subraya el informe.
Para ilustrar esta brecha espectacular en las desigualdades durante estos últimos años, la ONG calcula que "62 personas poseen tanto (capital) como la mitad más pobre de la población mundial", en tanto las primeras se calculaban "en 388 hace sólo cinco años".
La ONG llama a los participantes en el foro a actuar: "no podemos continuar dejando que centenares de millones de personas padezcan hambre cuando los recursos para ayudarlos están concentrados a alta escala por unas pocas personas", afirma Manon Aubry, encargada de asuntos de justicia fiscal y desigualdades de Oxfam Francia, citada en un comunicado.
Según la ONG, "desde el comienzo del siglo XXI la mitad más pobre de la humanidad se beneficia de menos del 1% del aumento total de la riqueza mundial, mientras que el 1% más rico se repartió la mitad del mismo".
Para hacer frente a este crecimiento de las desigualdades, Oxfam llama en particular a poner fin a "la era de los paraísos fiscales", subrayando que nueve empresas sobre diez que figuran "entre los socios estratégicos" del WEF "están presentes en al menos un paraíso fiscal".
"Debemos encarar a los gobiernos, empresas y élites económicas presentes en Davos para que se comprometan a poner fin a esta era de los paraísos fiscales, que alimentan las desigualdades mundiales, e impiden a centenares de millones de personas salir de la pobreza", afirma Winnie Byanyima, directora general de Oxfam International, quien estará presente en Davos.
El año pasado, varios economistas contestaron la metodología utilizada por Oxfam para establecer sus estadísticas. La ONG defendió el instrumento utilizado para tal estudio de manera sencilla: el (cálculo del) patrimonio neto, es decir, los activos poseídos menos las deudas."



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El capitalismo se ha desarrollado de esta irracional forma y poco va a variar a no ser que estalle algún tipo de revolución social.  

Hasta que no se acoten sus términos más elementales, el progreso de sus efectos no sólo será devastador para la raza humana sino que también para la globalidad de nuestro planeta.  Cuanto antes percibamos que la naturaleza no funciona con el apreciado papel impreso, antes podremos retroceder en el camino apocalíptico que llevamos; quizás, si lo conseguimos en un corto plazo de tiempo, podamos reparar los tejidos con los que arropamos el futuro de esta distorsionada y dantesca realidad.


El discurso reparador ya se escucha tímidamente a través de algunos megáfonos sociales.  Su concreción resulta consonante para todos aunque lo dejamos escapar en la dispersión de los sonidos producida por la espesa atmósfera claudicante en la que vivimos. Hace falta que nos creamos el mensaje y discurramos por un equilibrio de pensamiento más sincero y más relacionado con el placer de compartir que con la más codiciosa e individualizada religión del poder y el querer más.

Las teorías sobre el anticapitalismo existen desde tiempos inmemoriales.  La razón exige ya que entremos a valorar el esperpéntico espectáculo que estamos dando en el escenario de la realidad natural.  La terapia reparadora de la ciencia social exige que reculemos el proceso de inmediato para, así, poder llegar a evitar que el aparato digestivo comunitario haga precipitar toda la física contenida en el mecanismo que alimenta nuestra, hasta ahora, equivocada realidad.  La determinación individual debe ser absoluta para evitar continuar vivir de rodillas ante un régimen corrompido que nos produce la náusea constante y el peor malestar existencial.

Mientras los fármacos continúan dilatando nuestra presencia física produciendo una dependencia social arraigada en la estrategia de los que quieren ganar más, nuestras expectativas de mejorar la calidad de vida retroceden hacia unos parámetros que se repiten en la historia de la humanidad.  Son aspectos que están plasmados en los libros y que conocemos con demostrada solvencia y absoluta claridad.

¿A qué esperamos, pues, para abandonar esta vía destructiva que evoluciona ahogando nuestro futuro y deconstruye la capacidad de sostener el planeta para los que vienen detrás?

Una compleja pregunta para la que todavía no se obtiene una respuesta con algún rigor intelectual.  



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domingo, 10 de enero de 2016

Zygmunt Bauman y el gato suicida





"Lo que está pasando ahora, lo que podemos llamar la crisis de la democracia, es el colapso de la confianza.  La creencia de que los líderes no solo son corruptos o estúpidos, sino que son incapaces.  Para actuar se necesita poder: ser capaz de hacer cosas; y se necesita política: la habilidad de decidir qué cosas tienen que hacerse.  La cuestión es que ese matrimonio entre poder y política en manos del Estado-nación se ha terminado.  El poder se ha globalizado pero las políticas son tan locales como antes.  La política tiene las manos cortadas.  La gente ya no cree en el sistema democrático porque no cumple sus promesas.  Es lo que está poniendo de manifiesto, por ejemplo, la crisis de la migración.  El fenómeno es global, pero actuamos en términos parroquianos.  Las instituciones democráticas no fueron diseñadas para manejar situaciones de interdependencia.  La crisis contemporánea de la democracia es una crisis de las instituciones democráticas."..




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Antiguamente, para creerse algún postulado tan solo era necesario escuchar un discurso convincente, en mayor o menor grado, pero siempre con cierta atención.  Hoy, el poder de ese determinante argumento ha cambiado de forma y de sentido hacia una dispersión que promueve aquello que en sociedad resulta a priori poco creíble de por sí.  

Los medios actuales que difunden la palabra y el pensamiento nos conducen hacia una simplicidad del enclaustramiento cognitivo, un proceso a través del cual ponemos en duda cualquier relación que se centre en acotar la voluntad de disipar la verdad y la de simplemente informar para el bien de cualquier comunidad en la que se desarrolla nuestra realidad más subjetiva.

Tomemos del mundo de las ciencias, por ejemplo, la Paradoja de Schrödinger sobre el absurdo o contradictorio mundo de la física cuántica.  Aquello que el famoso Albert Einstein categorizó como una idea contraria a la verdad aunque finalmente acabó aceptándose como bien cierta. 

"Imaginemos un gato dentro de una caja completamente opaca.  En su interior se instala un mecanismo que une un detector de electrones a un martillo.  Debajo del martillo hay un frasco de cristal con una dosis de veneno letal para el gato.  Si el detector capta un electrón se activará el mecanismo, haciendo que el martillo caiga y rompa el frasco.  Si se dispara un electrón, por lógica, pueden suceder dos cosas: 
     
     a) puede que el detector capte el electrón y active el mecanismo. En ese caso, el martillo cae, rompe el frasco y el veneno se expande por el interior de la caja. El gato lo inhala y muere. Al abrir la caja, encontraremos al gato muerto. O, 

     b) puede que el electrón tome otro camino y el detector no lo capte, con lo que el mecanismo nunca se activará, el frasco no se romperá, y el gato seguirá vivo. En este caso, al abrir la caja el gato aparecerá sano y salvo.

Hasta aquí todo es lógico. Al finalizar el experimento veremos al gato vivo o muerto. Y hay un cincuenta por ciento de probabilidades de que suceda una cosa o la otra. Pero la cuántica desafía nuestro sentido común.

El electrón es al mismo tiempo onda y partícula.  Para entenderlo, sale disparado como una bala, pero también, y al mismo tiempo, como una ola o como las ondas que se forman en un charco cuando tiramos una piedra.  Es decir, toma distintos caminos a la vez y, además, no se excluyen sino que se superponen, como se superpondrían las ondas de agua en el charco. De modo que toma el camino del detector y, al mismo tiempo, el contrario.

El electrón será detectado y el gato morirá y, al mismo tiempo, no será detectado y el gato seguirá vivo.  A escala atómica, ambas probabilidades se cumplen de forma simultánea.  En el mundo cuántico, el gato acaba vivo y muerto a la vez, y ambos estados son igual de reales. Pero, al abrir la caja, nosotros sólo lo vemos vivo o muerto.

¿Qué ha ocurrido? Si ambas posibilidades se cumplen y son reales, ¿por qué sólo vemos una?  La explicación es que el experimento aplica las leyes cuánticas, pero el gato no es un sistema cuántico.  La cuántica actúa a escala sub-atómica y sólo bajo determinadas condiciones.  Sólo es válida en partículas aisladas.  Cualquier interacción con el entorno hace que las leyes cuánticas dejen de aplicarse.

Muchas partículas juntas interactúan entre sí, por eso la cuántica no vale en el mundo de lo grande, como el gato. Tampoco cuando hay calor, pues el calor es el movimiento de los átomos interactuando y el gato es materia caliente.  Pero lo más sorprendente es que incluso nosotros, al abrir la caja y observar el resultado del experimento, interactuamos y lo contaminamos.

Así es.  Una curiosa característica de la cuántica es que el mero hecho de observar contamina el experimento y define una realidad frente a las demás.  Einstein expresaba así su desconcierto: "¿quiere esto decir que la Luna no está ahí cuando nadie la mira?"

Conclusión: cuando el sistema cuántico se rompe, la realidad se define por una de las opciones.  Sólo veremos al gato vivo o muerto, nunca ambas.  Este proceso de tránsito de la realidad cuántica a nuestra realidad clásica se llama decoherencia y es la responsable de que veamos el mundo tal y como lo conocemos" (fuente). 

Cada uno, pues, observamos una única realidad subjetiva e incomparable con la misma exactitud descriptiva ante dos opiniones contrarias.

Por tanto, el colapso de la confianza sobre valores subjetivos, bien sean físicos, económicos, sociales o políticos, viene dada porque se supone roto el conjunto del realismo con el se discernía en un principio.  La globalidad de la "caja" o realidad que nos engloba, todavía dista mucho de ser resuelta inteligiblemente por una humanidad que piensa desde dentro.  Salir de este parámetro físico real supone entrar en la paradoja de llegar a entender si la mecánica del proceso conducido es la más premonitoria para una consecución feliz o positiva para la solvencia o, incluso, la supervivencia de una mayoría. 

Antagonizarse de este compendio socialmente globalizado significa extrapolarse uno de la realidad mundial, mantenerse apartado en un aislamiento que poco se distingue con el que experimenta aquel reo que ha cometido un gravísimo delito social.  Sólo cambiando de lente y con mucha visión en perspectiva, podremos observar que las leyes de la naturaleza que nos rodea son imperturbables, y que además, nuestros derechos como especie deben ser los de no negociar con el expolio de los recursos naturales ni con la voluntad individualizada de acumular bienes en contra de cualquier lógica biológica.  

Un ejercicio que, sin lugar a dudas, deberíamos experimentar para abandonar esa zona de confort que nos procura de vez en cuando nuestra pantalla y nuestro sofá, para percibir de una vez por todas que lo único que no podemos controlar es la codicia y el poder para determinar el fin de los demás.




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