Dice Antonio Valdecantos* en su artículo de opinión en El País de ayer:
"..La palabra “Europa” estaba libre de cualquier connotación desfavorable: era la tierra de la ciencia, de la ópera, de la filosofía, de las catedrales góticas y del laicismo, así como de la tolerancia y hasta de la licencia en materia de sexo; la patria de las personas educadas, prósperas y bien alimentadas y el lugar al que genuinamente pertenecíamos y del que nos habían sacado violentamente la Mesta, la Escolástica y la Inquisición..
"..¿qué es exactamente —y en el adverbio se hará el mayor hincapié— lo que ha tenido que ocurrir para que todo se haya ido al traste cuando mejor iban las cosas y cuando parecía que por fin la prosperidad formaba parte de nuestro destino?..".
"..¿qué es exactamente —y en el adverbio se hará el mayor hincapié— lo que ha tenido que ocurrir para que todo se haya ido al traste cuando mejor iban las cosas y cuando parecía que por fin la prosperidad formaba parte de nuestro destino?..".
* Antonio Valdecantos es catedrático de Filosofía de la Universidad Carlos III de Madrid. Su último libro publicado es La clac y el apuntador (Abada).
---------------------------------------------------------
Favorables palabras del filósofo que nos conducen a pensar en ese errado consenso involucrado en la pertinaz insistencia de la congregación de intereses económicos para gestar una fraudulenta comunidad de países que históricamente siempre han demostrado desconsideración por cualquier forma de conformidad colectiva.
Europa es una farsa enmascarada de poder y así se ha mantenido hasta el momento: el fuerte domina al débil; el débil, abrumado y perplejo, irremediablemente se somete por atrapar el índice mínimo de supervivencia; y el mediocre, enmudecido por el descerebrado espectáculo antisocial, devora bolsas almacenadas de palomitas y bebe Coca-Cola mientras ve como va menguando el sustento que ha adquirido por el esfuerzo realizado durante largos años de sacrificio personal.
Estimado Sr. Valdecantos, el romance de sus pensamientos describen con alegorías históricas un escenario de futuro desgraciadamente crudo y desesperanzado para la Europa que analiza, pero dista mucho de una visión objetiva y carece de intenciones curativas o sintéticas. Quizás, le sugerimos modestamente, debería usted haberlo enfocado hacia la validez de lo que supondrían unos principios europeos unitarios basados en la posibilidad de europeizar todas sociedades compartiendo sólo las partes positivas y sociales de ese encuentro, mediante un hipotético gobierno unitario y selectivo y no usando el compendio gobernante disparatado actual, desentendido en cuestiones sociales y amparado por su empeño con la voluntad económica como el único objetivo de consolidar la comunidad.
Quizás fuere un sueño delirante atendiendo a las actuales y pretéritas voluntades, directrices y ejecuciones políticas de una "quinta Alemania" totalitaria, la que demanda y ejecuta en la linea descrita por Àngel Ferrero en la entrevista de este enlace:
"..como muchas de las fórmulas que se están aplicando ahora mismo a Europa del Sur, los programa de austeridad, en realidad tuvieron su precedente en los mismos programas que Alemania occidental aplicó a Alemania oriental inmediatamente después de la Reunificación".
Quizás fuere un sueño delirante atendiendo a las actuales y pretéritas voluntades, directrices y ejecuciones políticas de una "quinta Alemania" totalitaria, la que demanda y ejecuta en la linea descrita por Àngel Ferrero en la entrevista de este enlace:
"..como muchas de las fórmulas que se están aplicando ahora mismo a Europa del Sur, los programa de austeridad, en realidad tuvieron su precedente en los mismos programas que Alemania occidental aplicó a Alemania oriental inmediatamente después de la Reunificación".
Soñar es bueno y más aún en una Europa donde pudiéramos describir objetivamente, si usted quiere, en ese mismo comedido tono condescendiente, las alegorías si los gobernantes con más capacidad racional tomaran las riendas de todo el conjunto unitario. Aquellos quienes mediante su objetividad no permitieran que los descolgados politicuchos de tres al cuarto nacionales continuasen ejerciendo dolorosas, deshumanizadas e impasibles pautas de poder en sus sociedades representadas a nivel nacional, las que ahogan al individuo con la fuerza derivada de la orden salida del acusado gobierno central, mientras se mantienen colapsando, sus obesas y cada vez más visibles, cuentas bancarias en Suiza (por nombrar tan solo uno de los paraísos fiscales de la moderna actualidad).
Recordemos, en este punto, unos célebres pensamientos de uno de nuestros conocidos iniciales eruditos potencialmente europeos, el estargirita Aristóteles:
"todos los gobiernos mueren por la exageración de su principio" y
"quien es capaz de vivir en sociedad y no tiene necesidad de ella, porque se basta a sí mismo, tiene que ser un animal o un dios".
Mientras no percibamos todos que la sociedad global requiere de ciertas dotes del razonable humanismo, no conseguiremos amedrentar al mega-poderoso que manipula todo su entorno para sobre-engrosar, sin ningún sentido racional, el flagrante imbecilismo que le mantiene empecinado con el vigor de la acumulación superlativa material.
Entretanto añadiremos, respondiendo modestamente a su ingenua pregunta sobre el "porqué" de las cosas que acontecen, que la penosa realidad que vivimos en esta nación se debe esencialmente a la falta absoluta de principios morales, la manifestada por la fuerte e incesante hegemonía aun viva de la supuestamente erradicada dictadura franquista, la que consolidan esa multiplicidad de familias poderosas aun vivas dentro del territorio nacional, los que manejan la actualidad del "cotarro" de todo el tinglado económico, político y social.
Si a esto, por si aun fuera poco, añadimos la incultura generalizada y manifiesta de la sociedad en su totalidad, obtenida gracias a los pésimos sistemas educativos del territorio impuestos por la política derivada de la absurdidad, obtenemos el sofrito requemado y hediondo con el que a nadie se le ocurriría ponerse a cocinar, ni siquiera un profesor que vive, sueña y se conduce desde las coordenadas inexactas de una poética penosa y una inútil analítica social..
.