Dice nuestro admirado periodista ex-follonero que la "cadena humana" de la Via Catalana no va con él.
No cree en banderas ni en manifestaciones coloristas de patriotería:
"Pero yo nunca he sido muy de patrias. Ni de aquella ni de esta. Descolgaría el banderón de la plaza Colón, me incomodan las banderitas españolas en los polos de algunos, igual que me incomoda vivir en un lugar en el que la estelada se ha convertido en adorno habitual de balcones, pulseras o zapatillas deportivas"..
Gracias Ale
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Entendemos sus ideas, respetado señor Évole, jamás la libertad tuvo un color tan inseguro como en el presente.
Hoy, enmascarada por las banderas de la forzada estupidez generalizada, sorprende todavía cuando suena el sonido de su vocablo desde los labios de algún oportunista que lucha por hacerse escuchar semi-ahogado entre tanta habladuría gratuita que se vocifera al tuntún.
Cierto es que no somos libres, estimado Sr. Évole, todavía.., aunque la historia de nuestra evolución nos demuestra la fuerte determinación con que la raza humana camina hacia la construcción de las vías para su consecución.
Su panorama actual y el de los medios de los que dispone el ser humano, creados para mantener ese preciso mensaje sobre la atención global, congela los pensamientos del ciudadano que silenciosamente intenta pronunciar sus pareceres en la atmósfera del venenoso olvido de la existencia banal. Tendemos a descuidar las razones que nos han permitido avanzar en las intricadas soluciones conseguidas para la supervivencia como especie en el planeta, siempre debido a tajantes composiciones de distinguidos individuos que convencen por connivencia.
Su panorama actual y el de los medios de los que dispone el ser humano, creados para mantener ese preciso mensaje sobre la atención global, congela los pensamientos del ciudadano que silenciosamente intenta pronunciar sus pareceres en la atmósfera del venenoso olvido de la existencia banal. Tendemos a descuidar las razones que nos han permitido avanzar en las intricadas soluciones conseguidas para la supervivencia como especie en el planeta, siempre debido a tajantes composiciones de distinguidos individuos que convencen por connivencia.
Se ha escrito largo sobre las causas que mueven al sujeto para mantener su opinión frente a los demás, podríamos referirnos a la libertad de expresión conseguida a base de un colosal sacrificio durante largo tiempo, más importante aún, para no extender demasiado este humilde recado referente a su anquilosado escrito, es que hay algo más que intereses económicos en tal gesta social.
Es por ello, Sr. Évole, que le insto humildemente a estudiar bien esas motivaciones, le aseguro que incluso un periodista como usted las entenderá. Analice bien todas las intenciones que mueven a este gran colectivo y, quizás, apoyará la defensa de su manifestado grito por su libertad social. Comprenderá que la ilusión que les mueve a ellos y a sus familias por completo para romper con sus rutinas y acceder al mundo de la opinión política está pura y exclusivamente motivada por la lucha hacia la propia libertad. Consecuentemente entonces, no defenderá con remunerados escritos ingeniosos, las ideas partidistas coyunturales que venderán más periódicos y a usted le harán todavía más sociable y "popular" (válgame el contraste)..
Para hacer las cosas bien no debemos mirar con quién, debemos ampliar ligeramente nuestro campo de visión hacia una realidad colectiva, más altruista y coherente en un sentido global.
La libertad del ser humano crece desde la opresión propia de sus ideas y se mecaniza a través de las matrices de explotación del poder para manipular. Aquel que engaña al individuo despreocupado para ganar su propio confort personal.
Es bastante presumible que no haya otros seres en nuestro planeta que sientan la necesidad de expresar tan fervientemente ese partidismo tan irracional.
Es bastante presumible que no haya otros seres en nuestro planeta que sientan la necesidad de expresar tan fervientemente ese partidismo tan irracional.
Pensemos en ello sólo un poco.., le llamamos "inteligencia" y no hablamos sólo de aquella "emocional".
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