Intentar desarrollar conclusivos comentarios con respecto a esta entrevista con el antidarwinista Máximo Sandín, sería un tosco ejercicio practicado desde una detestable capa del absurdo intelectual pues, el doctor en Ciencias Biológicas y en Bioantropología, quien ha ejercido como profesor de Evolución Humana y Ecología en el Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid durante tres décadas, resuelve su determinante predicado con una solvencia algo más que concluyente en esta filmación.
Pretender ir más allá, siempre procesando el humilde ánimo de completar la visión de nuestro estimado lector, sería un acto que claramente despreciaría, en cierto modo, sus categóricas, dogmáticas y determinantes palabras de erudito sobre la biología y su evolución.
Cierto es, no obstante, que este gran personaje de la actualidad abre con su propia maestría cultural nuestra sesgada y cansada visión del panorama evolutivo de nuestra raza hacia un regenerado campo de vivaces colores desconocido hasta el momento; dibujando, a todo lujo de detalles, una realidad que circunscribe al ser humano como un pretendido manipulador egocentrista dentro de un contexto ya anticuado que mancilla la pura esencia de la bondad, del bien hacer y, por tanto, de los cánones más rigurosos de la ética profesional que más necesitamos en estos días de revolución de la verdad.
Pretender ir más allá, siempre procesando el humilde ánimo de completar la visión de nuestro estimado lector, sería un acto que claramente despreciaría, en cierto modo, sus categóricas, dogmáticas y determinantes palabras de erudito sobre la biología y su evolución.
Cierto es, no obstante, que este gran personaje de la actualidad abre con su propia maestría cultural nuestra sesgada y cansada visión del panorama evolutivo de nuestra raza hacia un regenerado campo de vivaces colores desconocido hasta el momento; dibujando, a todo lujo de detalles, una realidad que circunscribe al ser humano como un pretendido manipulador egocentrista dentro de un contexto ya anticuado que mancilla la pura esencia de la bondad, del bien hacer y, por tanto, de los cánones más rigurosos de la ética profesional que más necesitamos en estos días de revolución de la verdad.
En sus propias palabras:
"..hay científicos que están trabajando seriamente en lo que se conoce como “investigación básica”, que cada día resulta más difícil de financiar porque no tiene aplicaciones prácticas inmediatas. Son los que están descubriendo, por ejemplo, que los supuestos “genes” no tienen una entidad real y que la información genética es producto de una red extraordinariamente compleja en la que están implicados el ADN, el ARN y miles de proteínas que interactúan en función del organismo en que estén y de las condiciones ambientales, lo cual desbarata, no sólo la base conceptual de las manipulaciones genéticas, sino la base darwinista que las sustenta, y mientras tanto, el darwinismo se sigue impartiendo en las universidades como “doctrina” indiscutible y existen “científicos” que son los únicos aplaudidos por los medios de comunicación y financiados por la industria farmacéutica y “biotecnológica” que, contra las evidencias, siguen buscando los genes (de la fracción codificante de proteínas) asociados estadísticamente (!) con enfermedades, se supone que para “arreglarlos” gratuitamente. Supongo que sabréis que hay ya más de 200 de nuestros supuestos “genes” patentados..".
"..hay científicos que están trabajando seriamente en lo que se conoce como “investigación básica”, que cada día resulta más difícil de financiar porque no tiene aplicaciones prácticas inmediatas. Son los que están descubriendo, por ejemplo, que los supuestos “genes” no tienen una entidad real y que la información genética es producto de una red extraordinariamente compleja en la que están implicados el ADN, el ARN y miles de proteínas que interactúan en función del organismo en que estén y de las condiciones ambientales, lo cual desbarata, no sólo la base conceptual de las manipulaciones genéticas, sino la base darwinista que las sustenta, y mientras tanto, el darwinismo se sigue impartiendo en las universidades como “doctrina” indiscutible y existen “científicos” que son los únicos aplaudidos por los medios de comunicación y financiados por la industria farmacéutica y “biotecnológica” que, contra las evidencias, siguen buscando los genes (de la fracción codificante de proteínas) asociados estadísticamente (!) con enfermedades, se supone que para “arreglarlos” gratuitamente. Supongo que sabréis que hay ya más de 200 de nuestros supuestos “genes” patentados..".
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