Capítulo 35
"... la realidad ya no es lo que era cuando era; no puede ser reconstruida"
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Al buscar la profunda razón que nos mueve por el tiempo, poco podremos esclarecer de ese preciso momento pues el instante ya ha dejado de estar. Cubrir de método la rotura cognitiva exaspera cualquier remedio natural, determina un artificial apósito voluntario que conduce a una irremediable herida emocional.
Si por el contrario uno se permite fluir con el lapso, si se deja llevar por la coyuntura que le fagocita abandonando cualquier resistencia que le procure su perseverancia, será más próspero el devengo pues su adaptabilidad aumenta, además de enriquecer su voluntad personal.
R_e_sistirse al imprevisto.
Conduci_r_se por la realidad.
Controla_r su entorno.
Desvelar camin_o con premura.
Dibujarse uno la propia ve_r_dad.
El disparate cometido cuando forzamos la analítica de esa rotura contextual, es capital. El tiempo es para todos el único valor que se dedica a mancillar cualquier otro concepto que nos empuje a interpretar, somos súbditos del momento y esclavos del azar, pues la duda siempre ha existido y, tengámoslo claro que por mucho que insistamos, por siempre existirá..
La persistencia garantiza que los resultados son inevitables.
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