Sevilla, Juzgado de lo Penal nº5. Un
hombre fue condenado a seis meses de cárcel y a pagar una multa de 2.160 euros
porque fue sorprendido construyendo una vivienda de 70 metros
cuadrados sin licencia municipal y en suelo no urbanizable de la localidad de Utrera, edificación que deberá demoler a su costa pese a que en el juicio
defendió que se trataba de un invernadero para setas. Su esposa fue
absuelta.
"Según recuerda la juez, la edificación
"no es autorizable o legalizable", rechazando en este punto la
versión dada por el acusado en cuanto a que se trataba de un invernadero,
ya que "hay una construcción principal que por sus características
estructurales y ornamentales no puede ser sino una vivienda, y no una
cámara de frío, que por su funcionalidad nunca podría tener ventanas como las
que presenta le edificación en cuestión", y que "no justificaría la
existencia de un porche adornado a la entrada".
La magistrada entiende que la versión
"espontánea" dada por el acusado a la Policía, cuando dijo que
"estaba construyendo él mismo" un invernadero, una cámara frigorífica
y un salón, "resulta mucho más creíble" que la ofrecida al inicio de
las actuaciones y tras la denuncia de los hechos, momento en que afirmó
que "llevaba siete años en la finca con las obras paralizadas".
«No existe derecho a la igualdad en la
ilegalidad»
Fue en noviembre del año 2003 cuando el acusado, E.R.L., y su pareja adquirieron una parcela de 2.500 metros cuadrados en el paraje 'La Dormida' de Utrera, en suelo clasificado como no urbanizable de uso común por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). "Sin pedir" licencia al Ayuntamiento y "consciente de la imposibilidad de edificar en dichos terrenos", el acusado "fue sorprendido" en diciembre de 2007 "cuando levantaba" en la parcela una vivienda de una sola planta y de 70 metros cuadrados de superficie, así como una estructura metálica sin techar, contando con suministros de energía y de agua, todo ello "con la finalidad de uso como residencia"..
Igualmente, y en relación al
argumento dado por el imputado de que existían otras parcelaciones y
construcciones en la zona, la magistrada señala que "es de saber común que
se necesitan licencias para construir y autorizaciones para los suministros",
añadiendo que el Tribunal Constitucional "ha venido manteniendo
que no existe el derecho a la igualdad en la ilegalidad"..
---------------------------------------------------------------------
Nada que ver, el relato arriba descrito, con la proeza que los arquitectos Anne Lacaton y Jean Philippe Vassal llevaron a cabo en Coutras, Francia en el año 2000, consiguiendo la adecuada construcción de una vivienda de 290 m2 por poco menos de 65 mil euros de capital.
No nos es ajeno, a los oriundos de esta la tierra que tanta pasión por el soborno suscita, que alguien con la desfachatez de doblegar intencionadamente las normativas comunes salga totalmente airoso de su propósito con unas intenciones tan descaradamente corrompidas.
La perspicacia, la sagacidad, el ingenio y la determinación que alguien demuestra a la hora de aportar escasos medios sobre algo con lo que todo el público invierte gran esfuerzo, no sirven de nada cuando la actividad dentro de la cual se concentran sus sacrificios, se mantiene regulada por una fuerza colectiva a la que uno no se puede enfrentar, la ley. Así, las garantías de éxito del rufián deshonesto son expresamente nulas a pesar de su afilada capacidad e ingenio por doblegar las escrituras.
No obstante, existen casos como el del señor Santiago Cirujeda, un joven y "guerrillero" arquitecto sevillano, como le tildan en variados artículos de la prensa, que sí sabe cómo emancipar aquellos ápices de banalidad que constriñen los derechos dentro de las normativas en vigencia de nuestras leyes urbanas. Éste avispado y técnico constructor, ha conseguido burlar a la justicia por los vacíos legales que descubre durante su ascenso hacia su burla sobre el sistema y a favor de los más desfavorecidos de la población.
El botón verde de la manipulación sobre los esquemas preestablecidos, podemos convenir, sólo es visible y, por tanto, practicable para aquel que ha completado una sólida y consistente formación en el arte del quiebro en la sabiduría.
Aunque todos nos creamos en posesión de la intuición del busca-vidas genuino, característica posiblemente tomada del personaje del Lazarillo de Tormes, en este país al igual que en todas partes, existan también dogmas a través de los cuales queden filtradas las retorcidas intenciones y se derrumben los argumentos que favorezcan la desigualdad entre individuos.
La atrofia social que a veces se nos plantea en cuanto a la amabilidad, la gentileza y la complacencia colectiva ante ciertos niveles adecuados de vida, mantiene la imposibilidad de permitirnos vivir con cierta tranquilidad.
Hace falta desesperadamente que algo o alguien detenga el tren que transporta peligrosamente nuestra codicia y la desnaturalidad hacia los esquemas más artificiales que sólo aportan el caos social.
Hace falta desesperadamente que algo o alguien detenga el tren que transporta peligrosamente nuestra codicia y la desnaturalidad hacia los esquemas más artificiales que sólo aportan el caos social.
.