recogida de una actualidad con el ánimo de archivo y la opinión personal

martes, 25 de agosto de 2015

La inevitabilidad del caos y el high-five






"El sistema colapsará si rechazamos comprar lo que nos están vendiendo -sus ideas, su versión de la historia, sus guerras, sus armas, su noción de la inevitabilidad.. Ellos nos necesitan a nosotros más que nosotros a ellos..", Arundhati Roy.

¿Seremos capaces de engranar a nuestra sociedad dispersa hacia un camino consolidado con un certero sentido global? 

Esta podría ser la pregunta del millón..

Quien sepa dónde está el botón verde que lo arregle todo debería presionarlo ya, tal y como como cuentan los que trepan a lo alto y poseen algo de conciencia, aunque después ignoran por completo la forma más plausible de bajar.  

Entre tanto, el restante y creciente cúmulo de soñadores, idealistas e incansables visionarios podrán ir desempeñando sus múltiples esfuerzos para atisbar la dirección concreta hacia esa vía de responsabilidad, la que conjuga el próximo futuro con el respeto como algo indisoluble, marcando claramente los principios con la debida obligatoriedad y conduciendo a la muchedumbre desesperada hacia una mejor conducta dentro de la comunidad global.  Razonando con firmeza y optimismo por que el que piensa en positivo aprecia lo invisible, siente lo intangible y logra siempre lo imposible.

Quizá, para empezar a hacer girar el mecanismo, deberíamos practicar con un ejercicio parecido a lo que estos simpáticos jóvenes mejicanos nos proponen a nivel mundial:





Quién sabe, quizá Glenn Burke lo sintió el día en el que generó ese gesto y por eso se hizo tan popular. 
Reflexionaremos con una frase de Henry David Thoreau: "La Desobediencia es el fundamento real de la libertad.  Los obedientes deben ser los esclavos".




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