recogida de una actualidad con el ánimo de archivo y la opinión personal

jueves, 20 de marzo de 2014

¿Fugados o forzados a emigrar? Los cerebros españoles saltan del cuadro sin parar.



¿Hay realmente una fuga de cerebros en España? A esto intentaron contestar Elisa VivasMichele Catanzaro y Francisco José Moya con Fuga2, un proyecto de periodismo de datos de El Periódico lanzado en mayo del 2013. Mediante un formulario los científicos que han salido de España a causa de la crisis pueden explicar sus motivos y aclarar si piensan volver. Más de 600 respuestas conforman un mapa lleno de historias personales y talento, mucho talento. El proyecto ganó el segundo premio en el concursoInnovaData del BBVA y la Fundación Civio, y ha sido presentado en las sesiones de periodismo de datos del CCCB.



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The rain in Spain falls mainly on the plane, sírvanos como ejemplo el trabalenguas anglosajón (del musical My Fair Lady por Alan Jay Lerner) que, comúnmente utilizado para la enseñanza de la lengua, materializa una realidad observable bajo un punto de vista en gran parte equivocada, si atendemos a su significado real y no al motivo de su alocución.  A pesar de que su uso ha perdurado en el lenguaje a lo largo de los tiempos, su verdadero significado es bastante inexacto e inductor a la incorrección, pues muchos anglosajones escasos de cierta cultura acaban creyendo que en España sólo llueve sobre las alas del avión, quizá por ello cursan tantas demandas cuando en sus vacaciones españolas llueve y no pueden freír sus carnes en el venerado letargo bajo el sol.  

A pesar de ello, la expresión nos conduce al punto exacto del trayecto donde pretendemos concretar, con modesta certeza y escaso margen de equivocación, que la franqueza expresiva no depende sólo del lenguaje utilizado para describir cualquier acción, sino que sería necesario multiplicar su efecto a través de una sonada divulgación por los canales comunicativos más adecuados y así obtener la atención de la gran audiencia, de la mayoría de la población.

Cuando a la imaginación se le permite navegar, combinamos la sintaxis del concreto que percibimos con los flujos atmosféricos que paralelamente emanan de otras situaciones, obviamente, según sean los propios sujetos emisor y receptor del mensaje, su estado de ánimo en el momento, su estado de salud y el propio carácter que produce la deriva en el significado de la alocución.  De ello se obtiene un resultado ilegítimo que vulnera las más estrictas leyes de la verdadera información.  De forma que cuando transmitimos estos datos a un tercero, éste obtiene el resultado procesado por los filtros de cada individuo y de cada progresión.  En palabras más concretas, durante el traspaso de todas las informaciones entre dos individuos, se añaden y evaporan elementos según sea la construcción. 

Llámese estilo, inclinación semántica o ganas de ejercer una determinada influencia sobre la propia comprensión, el autor decidido escribe siempre con la pretensión de ejercer derecho de plasmar su propia opinión, transformando y construyendo las estructuras que conoce del lenguaje para proclamar su preciado mensaje en la escogida dirección.

Cierto es que hoy en día demasiadas notables mentes emigran lejos de nuestras tierras en busca de una experiencia merecida y el desarrollo propio de su profesión (además de una determinada y distinguible posición), no obstante la historia ha demostrado que eso así siempre ha sucedido aunque nunca haya existido demasiada preocupación.

Atendiendo al distinguido esfuerzo de estos resueltos comunicadores, quizá sea ya el momento de integrar tan trascendental pensamiento en el libro de prevención de riesgos de nuestra cateta nación, antes de que sea demasiado tarde y se nos empache de aire corrompido el tarro de la investigación.  Sólo así el escenario colectivo encuadrará dentro del inmediato futuro el planteamiento más concreto y necesario, si atendemos a los aterradores datos que algunos serios periodistas le plantean al gobierno y a la sociedad sobre esta alarmante situación.  

Busquemos pues una ruta más tolerante y distinguida para emancipar a todas esas eminencias dentro del propio territorio y en cada profesión, sino pronto el concepto del absurdo crecerá de una forma imparable y forzará a hacer lo propio al resto de la población.



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