Reza el cancionero popular los versos más descarados repletos de insultos para condenar la dirección que está consolidando la política en España. Partiendo de cierta diputada por Castellón que, según un arranque emocional, desmesurado y dantesco, ha dejado una huella indeleble en la conciencia popular española.
¿Será este gesto de Andrea Fabra el elemento necesario para generar el cambio de rumbo que desesperadamente necesita la política en el país?
Quizás todavía sea pronto para eso, por lo observado, todavía podemos encajar bastante más..
En todo caso, una actuación así de descarada, mal educada, sinvergüenza, impertinente, insolente, desconsiderada, prepotente, abusiva, improcedente, excesiva y ruin de la diputada en el Parlamento de España dirigida al gran cúmulo de parados españoles, aún siendo la hija del jefe provincial del Partido Popular, podría bien ser esa gota que colme el vaso del exceso político que estamos obligados a empotrar en nuestras vidas. Recordemos que esta señora es hija de quien ha de pagar más de cuatro millones de euros en concepto de fianza para la causa oral de un juzgado, sin entrar en más detalles. Además está presuntamente recibiendo algo más de mil ochocientos euros mensuales de dinero público de forma fraudulenta en concepto de ayuda para la vivienda por ser de Castellón y trabajar en Madrid.
Por lo visto, si la reacción del pueblo español a esto se queda en nada, como hasta la fecha, ¿quién va a parar los tanques cuando las cosas se pongan más feas?
El orgullo de nación ha caído, la lucha por una identidad ya no forma parte de la voluntad popular. Las ideas que constituyeron el rigor de los antepasados ante la lucha, primero social y después armada, son ahora sólo recuerdos dolorosos que marcaron la conciencia de la historia pero no la de una sociedad. Las heridas están sanadas, tan sólo quedan las marcas pero con ellas todavía podemos subsistir, parece ser.
El camino del falso bienestar de los últimos veinte años ha cicatrizado los cortes fronterizos, ha embalsamado las heridas de las culturas regionales y ha desinfectado la corrupción de las carnes para el hambriento león político; eso sí.., hipotéticamente, en una sociedad de recursos precarios y voluntad escasa a resurgir como nos muestran algunos vecinos del norte de la súper nación europea.
Desde hace unos meses, los feroces alemanes tornan sus devastadores cañones económicos hacia el pueblo que colonizan cada verano donde se empachan de paella, cerveza y sangría. El gesto de los ocupantes de la kontrollraum, jugando con la idiosincrasia de la vida de nuestra desconsolidada nación, mediante contundentes y precisos golpes con el mazo financiero, deteriorando aún más los derechos y concesiones que una vez asomaron levemente la cabeza sobre el horizonte nacional.
El pueblo español ahora derivará en la dicotomía entre una pugna hacia la dignidad patibularia para una muerte honorable y la extrema supervivencia de la especie descendiente de los propiciadores de uno de los holocaustos de la historia del planeta: el sentido de la hispanidad.
Que caiga el chaparrón bien rápido para ver si levantamos cabeza después..
La encantadora reina de áspides: Ilustrísima Andrea Fabra
Muchas gracias doña Fabra.
Una última palabra: dimita (sea usted consecuente).
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