recogida de una actualidad con el ánimo de archivo y la opinión personal

miércoles, 10 de abril de 2013

El DESPILFARRO impune de una sociedad COBARDE




Interesante la intervención del Dr. José María Gay de Liébana el pasado septiembre de 2012 en las XIX Jornadas Tributarias en Elche, Valencia.

Pertorata, como él mismo indica en sus propias palabras, sobre la realidad de la situación del país que mantenemos sumergidos en un índice de morosidad de nivel crítico, aquel forzadamente planteado por los mecanismos de control y los gobiernos del estado.  Sus argumentos arremeten con un lenguaje claro contra las políticas despilfarradoras y absurdas de nuestros mandatarios.

¿¡Por qué nos cuesta tanto creerlo..!? ¿¡Cómo es posible que todavía no se levante una rebelión aun entendiendo todos claramente la gravedad de la situación..!?  Dos cuestiones que, incesantes, importunan la senda del arraigo en el desarrollo intelectual, el buen paso decisivo en un mundo racional.

Sin embargo, la respuesta es bien sencilla: no se trata de que no nos creamos o entendamos el criterio sinó que no existe levantamiento porque, como difundió tan acertadamente y con extremada claridad el honorable Jose Luís Sampedro, fallecido el pasado día 8, sentimos un miedo atroz por el poder del gobierno.  Creemos y conocemos las represalias ejecutadas por insurrección porque los ejemplos son un reflejo de la realidad cotidiana.  A diario se manifiestan sus efectos en noticiarios televisivos, en la radio y el papel.  Ese es, precisamente, el punto de apoyo de los que continúan riendo a carcajadas cada viernes en la moncloa con sus nuevos proyectos de ley, los que se mofan de los infelices y desventurados que deambulan cabizbajos ante la flagrante violación de sus derechos sociales fundamentales.  Miedo a la represión. 

Mucho más debe acontecer para que la organización con suficiente capacidad y necesaria osadía consiga hacer germinar el detonante que dispare el levantamiento inminente en contra de esta opresión que sufrimos, para que se manifieste con suficiente autoridad es necesario algo más.

Tal y como están las cosas, sólo hace falta un gramo de la pólvora incendiaria para inflamar ese pajar de política entero, aunque, por desgracia, el proveedor del detonante dormita enredado entre las sábanas de un todavía adulterado Morfeo..



Pronto alguien levantará cabeza, introducirá la mano en su bolsillo y con un heroico acto denodado mandará a volar el sistema nuestro, con tan solo concentrarse en un efímero y firme gesto.  
Más vale tarde.., dice el tío.


 

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