recogida de una actualidad con el ánimo de archivo y la opinión personal

martes, 6 de marzo de 2012

"EUTANASIA SOBRE RUEDAS" al servicio de los holandeses

 

La eutanasia es legal en Holanda desde hace una década. Pero una organización con sede en La Haya ofrece ahora un servicio de "eutanasia móvil", granjeándose acusaciones de que lleva la ley demasiado lejos.
El lobby contra la eutanasia está furioso. Califica a las unidades móviles de eutanasia como "escuadrones de la muerte" y acusa al gobierno de no hacer lo suficiente para hacer valer los estrictos códigos médicos que acompañan al procedimiento.
Los equipos de los servicios móviles viajarán por el país para asistir a pacientes cuyos doctores se hayan negado a ayudarles a morir. Las nuevas unidades están formadas por un médico, una enfermera y todo el material sanitario necesario para realizar la eutanasia.
Los pacientes pueden elegir entre inyecciones administradas por el equipo médico o pueden beber una mezcla letal de drogas mortales.
La organización holandesa de Derecho a Morir (NVVE, por sus siglas en holandés), que financia el nuevo sistema, dice que las dos opciones están disponibles en las unidades móviles.
"Primero se le suministra al paciente una inyección, que lo transporta a un sueño profundo. A eso sigue una segunda inyección, que detiene su respiración y el latido del corazón", dice un representante del grupo, Walburg de Jong.
Uno de los creadores de las unidades Levenseinde (final de la vida), Jan Suyver, cree firmemente que los pacientes deberían tener el derecho a decidir sobre su muerte.
"Si usted está tan enfermo y sabe que no va a mejorar, entonces por lo menos puede elegir morir rodeado de su familia, puede elegir 'morir conscientemente', de manera que sabe lo que está ocurriendo y tiene el control", dice.

"Dolor insoportable"

"La eutanasia es legal bajo la legislación holandesa, así que si alguien la quiere y cumple con los criterios necesarios, tiene derecho a ella y por eso creé estas unidades"
Jan Suyver, creador de las unidades móviles de eutanasia
Suyver, un juez retirado, dice que se inspiró para desarrollar esta idea tras ver a muchas personas que cumplían los requisitos para solicitar la eutanasia pero eran rechazadas por sus médicos generales.
"Vi pacientes que padecían un dolor insoportable, que no tenían posibilidad de recuperación y que estaban seguros de que querían morir, pero como sus doctores creían que no tenían la experiencia suficiente para practicar la eutanasia o sentían que iba en contra de sus creencias religiosas o morales, no se les aplicaba", sostiene.
"En ese caso, ¿qué pasa con el paciente? La eutanasia es legal bajo la legislación holandesa, así que si alguien la quiere y cumple con los criterios necesarios, tiene derecho a ella. Por eso creé estas unidades – para esos pacientes".
En 2002, Holanda se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la eutanasia. Cada año se llevan a cabo entre 2.500 y 3.000 procedimientos, que suponen cerca del 2% de las muertes anuales.
Bélgica también legalizó la eutanasia en 2002, y el suicidio asistido se permite en Suiza desde la década de los 40.

La sede de la NVVE.
En Reino Unido ha habido durante muchos años un debate sobre un cambio legal en este sentido, y un reciente informe publicado por la Comisión de Muerte Asistida, financiado por partidarios de dicha transformación, recomendó la legalización de la eutanasia en el país.
Las normas legales en Holanda establecen que los pacientes deben ser totalmente conscientes en el momento de solicitar la eutanasia. Dos doctores deben estar de acuerdo en que no hay posibilidad de recuperación y en que el paciente está experimentando "un sufrimiento insoportable e interminable".

"Idea loca"

Pero Bert Dorenbos, quien representa al grupo holandés Grito por la Vida, piensa que las unidades móviles llevan la legislación demasiado lejos.

"Es una idea de locos. Es una excusa de la gente a favor de la eutanasia para imponer sus intereses. Creo que es una campaña de relaciones públicas más que una preocupación genuina por los pacientes que sufren.
"'Venga a nuestra clínica y le ayudaremos a morir'. Hacen que suene tan simple y no debería ser así".
Suyver dice que es consciente de que el servicio queda expuesto al abuso. "Por supuesto que estoy seguro de que habrá gente que sólo quiera cometer suicidio y piense que les vamos a ayudar. Esas solicitudes serán rechazadas", dice.
Lo que hace que este servicio sea más controvertido es que la Asociación Médica Real Holandesa ha expresado su inquietud por que la naturaleza móvil de las unidades no permita a los doctores establecer una relación lo suficientemente fuerte con el paciente como para ser capaces de decidir si es apto o no para la eutanasia.



"El paciente necesita alguien con quien hablar, no sólo asesoría legal", dice Gert van Dijk, un experto en ética médica.

"Es más que simplemente valorar si se cumplen los criterios para la eutanasia. Un doctor normal puede ser capaz de ofrecer otras soluciones, un mejor alivio del dolor, por ejemplo, el doctor de la eutanasia no hace eso".

La instancia radicada en La Haya que proveerá de eutanasia móvil no tiene todavía ninguna petición. De hecho, ni siquiera tiene camas. Sólo hay una mujer contestando el teléfono.
Eventualmente esperan gestionar cerca de 1.000 casos al año, y dicen que no cobrarán nada a los pacientes.

Inicialmente la organización correrá con los gastos, aunque se encuentra en negociaciones con las compañías de seguros para intentar alcanzar un acuerdo que permita que la eutanasia móvil esté disponible dentro del seguro médico holandés.


fuente transcripción 


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El clamor por la aceptación de formas moderadas de eutanasia y/o suicidio asistido se está haciendo irresistible y muchos temen, así como otros tantos ansían, que las autoridades lo admitan y cambien las leyes.
El proceso de transformación social se está acelerando, en forma similar a lo ocurrido en su momento con los movimientos que forzaron el reconocimiento de los derechos de los trabajadores, las mujeres, las minorías raciales y los homosexuales, entre otros.
Las diferencias entre estos casos son numerosas, pero todos comparten la misma dinámica, con grupos pioneros que abren el camino y poco a poco persuaden a la opinión pública, primero, y luego a los poderes del Estado.

Vacilaciones

En dos casos judiciales recientes en el Reino Unido, que demuestran las vacilaciones de las autoridades, una mujer fue condenada a prisión y otra absuelta por la muerte de sus respectivos hijos, gravemente enfermos.
En el Reino Unido son ilegales tanto la eutanasia como el suicidio asistido, pero la presión social se ha intensificado tanto que la Procuraduría Fiscal dio, en septiembre de 2009, una serie de pautas, enumerando 16 factores que tendría en cuenta para llevar a juicio a personas investigadas.
Entre los factores contemplados figuran la existencia de una motivación financiera, la presión moral sobre el enfermo y si el paciente que desea morir es menor de edad o padece de una enfermedad mental.
El hecho de que la asistencia para el suicidio siga siendo ilegal, mientras que las autoridades dicen que en determinadas circunstancias no procesarán, refleja con claridad la evolución del fenómeno social.

Formas de "dejarse morir"

Es necesario distinguir entre suicidio asistido y eutanasia. El primero no requiere explicación, mientras que la segunda describe la acción de una persona, casi siempre un médico, para poner fin a la vida de un paciente incurable, en la forma menos dolorosa posible.
Escritor Terry PrachettEl autor Terry Prachett defendió su derecho a elegir el momento de su muerte.
Una forma muy extendida (y poco comentada) de eutanasia es la pasiva, en la que el médico se abstiene de resucitar o seguir medicando a un paciente gravemente enfermo.
Muchos médicos admiten que un número elevado de las muertes, tal vez la mayoría, pueda atribuirse a eutanasia pasiva, cuando para extender la vida del paciente se requieren procedimientos muy costosos o dolorosos.
Otra acción, que ya puede clasificarse como eutanasia activa, pero sobre la que se echa un manto de silencio, es cuando el médico aplica una dosis más elevada de un medicamento, que acelera la muerte.
En estos casos, los médicos distinguen entre una “inducción de la muerte” y un procedimiento que alivia el dolor, aunque también cause la muerte.
El tema de “la buena muerte” ha estado en discusión desde tiempos muy antiguos, pero la presión combinada de las autoridades públicas y del poder religioso lo mantuvieron soterrado hasta bien avanzado el siglo XX.
El suicidio fue ilegal hasta la década de los años '60. El proceso se aceleró en los años '70, cuando varios países reconocieron el derecho de los pacientes a rechazar el tratamiento médico.
"Dejarse morir", fue el eufemismo que se utilizó para describir esa situación.
Ahora se dice, con una lógica cuestionable para muchos, que el suicidio no es muy diferente, moralmente, a ese "dejarse morir" tan persuasivo.
La opinión pública parece estar de acuerdo con este punto de vista.

Sondeos

En el Reino Unido, una encuesta de YouGov, encargada recientemente por el diario Daily Telegraph, encontró que 75% de los interrogados quería que se cambiara la ley para permitir el suicidio asistido.
El británico Craig Ewert, viajó a Suiza en 2008 para morir en una clinica de suicidio asistido.
Craig Ewert. Foto de archivoSegún otra encuesta, encargada por el programa Panorama, de la televisión de la BBC, un 73% dijo que amigos o familiares debían ser autorizados a facilitar el suicidio de enfermos terminales.
El porcentaje a favor cayó a 49% en el caso de que la enfermedad fuera incurable y dolorosa, pero no fatal.
Hace algunos días, el respetado escritor Martin Amis, casado con la escritora uruguaya Isabel Fonseca, escandalizó a muchos al proponer que se erigieran "casillas de eutanasia" en las esquinas.
Y el lunes, el popular escritor Terry Prachett, que padece una forma de Alzheimer pero todavía conserva su lucidez, dio una conferencia (leída por un actor) en defensa de su derecho de elegir el momento de su muerte, y de seleccionar a una persona que lo ayude, en caso de no poder hacerlo.
Es evidente que el proceso se está acelerando en el Reino Unido; y si la experiencia con otros fenómenos similares se repite, la presión aumentará en otros países.

De EE.UU. a Suiza

Los observadores creen que la batalla más enconada se librará en Estados Unidos, donde la resistencia a la eutanasia y el suicidio asistido es muy fuerte, por la gran influencia de las iglesias evangélicas.
Ya existe un antecedente significativo: el estado de Oregon introdujo en 1997 una ley (“Muerte con Dignidad”) que autoriza el suicidio asistido por un médico.

Polos opuestos

  • En EE.UU. la gran influencia de las iglesias evangélicas genera fuerte resistencia a la eutanasia y al suicidio asistido.
  • Suiza tiene el régimen más avanzado, ya que desde 1941 permite el suicidio asistido por médicos y familiares, aunque prohíbe la eutanasia.
El gobierno federal amenazó con revocar las licencias de los médicos que asistieran a esos suicidas, pero la Corte Suprema convalidó la ley en 2006.
Otros estados han tratado leyes similares, pero por diversas razones no han prosperado.
Además de Oregon, también Holanda permite el suicidio asistido.
Las autoridades holandesas exigen que el sufrimiento sea intolerable, que no haya esperanzas de mejoría y que el paciente lo pida expresamente, habiendo comprendido su situación.
Además, se requiere la opinión de un segundo médico, que debe estar de acuerdo.
Bélgica, por su parte, legalizó la eutanasia pasiva en 2002, y las normas, según algunas interpretaciones, admiten también el suicidio asistido.
Además del médico, debe participar un psicólogo, para determinar el estado mental del paciente.
Suiza tiene el régimen más avanzado, ya que desde 1941 permite el suicidio asistido por médicos y familiares, aunque prohíbe la eutanasia.
El código penal suizo contempla en su artículo 115 el suicidio asistido, que sólo es un crimen si el motivo es egoísta, de beneficio personal.
O sea que no se juzga la intención (la muerte del paciente), sino el motivo.
Este es el modelo que los defensores británicos de la eutanasia pasiva y del suicidio asistido defienden y quieren imponer.












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