recogida de una actualidad con el ánimo de archivo y la opinión personal

jueves, 1 de marzo de 2012

HIPOCRESIA: una práctica mutante

 

"La hipocresía respira, vive, humea, se alimenta en cada uno de nosotros, en tu mujer, en tu amigo, en el trabajo, en el burdel. Te empapa como una baba viscosa de la que no te puedes deshacer. Al principio pensabas que era desamor o quizá desazón o pudiera que sólo fuera el sentimiento de fracaso que lleva ahogándote desde los treinta y tantos. A veces uno cree que puede huir de ella: el alcohol, el sexo, la evasión, la música... las palmaditas en la espada de tu astuto jefe... no, no seas iluso sabes que nunca te abandonará porque, por mucho que lo  intentes, la hipocresía eres tú".

Así nos declara sus intenciones Francisco Góngora Maldonado con relación a la hipocresía.

Una forma de advertirla:
"...La hipocresía es una de las peores condiciones que puede tener un ser humano, y sin embargo, es una de las más comunes que podemos encontrar en cualquier parte. El humano es hipócrita por naturaleza...
Es propio del ser humano tener miedo a la realidad, tanto a la propia como a la que le rodea. Este miedo, es el de enfrentarse a sí mismo y a aceptarse tal cual uno es y mostrarse así ante los demás. La hipocresía es la defensa natural que ha desarrollado el ser humano para evitar afrontar y mostrar su realidad.
Hipocresía en el trato cotidiano con otras personas, hipocresía consumista, hipocresía aduladora, hipocresía social, hipocresía moral, hipocresía de negación, hipocresía religiosa" (colectiva)...  

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En el inicio de la concepción de la palabra existe, sin duda alguna, un  significado negativo, si no profundizamos esta negatividad permanece desde su origen a su conlusión.  Pero hay un desarrollo, una forma dentro de su cuerpo significativo quematizaremos.  

La hipocresía como definición, del griego "Ûpokrisˆa" es un: 


   "fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan".  


El principio de su significado está claramente consensuado mediante la utilización de las herramientas de calibración psicológica y social.  Mediante su acción, se determina una entidad con un arco de efecto contrario al "bienhacer" y paralelo a la "maldad" dentro del contexto de relación de lo humano o social.  El desarrollo de las ideas que se generan desde este segmento curvo de actividad se valoran como un proceso con sentido ciertamente perjudicial.  Este "proceso" es lo que me gustaría analizar.


La hipocresía, como toda sucesión de eventos, se compone de un principio, de un desarrollo y de un final.  Se encamina al procesamiento de una serie de sucesos, palabras, gestos, miradas, evocación de ideas que van a enmascarar, turbar, transformar, esconder, deformar, etc..., alguna idea que el emisor de una comunicación pretenda traspasar a un receptor (o en plural pues puede ser colectiva) que constituirá una conclusión.  La hipocresía, por tanto, puede ser claramente entendida como algo que ocupa un espacio en el tiempo.  No es sólo un mero adjetivo que califica algo malvado en un solo momento.  Confirmada esta extensión de significado, el gráfico que engloba su actividad significativa se extiende más allà del mero instante, ocupa una cierta área del arco bidimensional antes descrito y enlaza, después, con un complejo proceso de preparación, ejecución y consolidación de algo que entra dentro de la dimensión temporal.


Si observamos las características de los sistemas de comunicación humanos se puede advertir que el "proceso" requiere más complejidad asociativa que el "momento".  La generación de estructuras emanentes de dos elementos siempre es más rica que lo que evoca de la unidad. Y así sucesivamente.  El proceso que ha seguido la evolución del pensamiento humano ha sintomatizado la idea de hipocresía en sus aspectos de connotaciones perjudiciales o dañinas.  Pero no es así.  La actualidad nos ha demostrado que el significado de este concepto ha sido adaptado más allá de la concepción pura de fingimiento de cualidades o sentimientos.  Hemos sido capaces de hacer crecer su significado y contextualizarlo según la necesidad, de forma indirecta, y ha sido inmerso en un carácter progresivo, e incluso, predominantemente positivo dentro del marco de las relaciones sociales.  Su importancia es tal que, como todavía subyace en él un cierto significado negativista, dejamos de mencionar la palabra pero acarreamos sus valores para nuestro beneficio común.   Es decir, sonsacamos ciertos valores positivos a su aplicación.


La mentira, asociada directamente al concepto de la hipocresía, viene a veces bien para soliviantar problemas de mayor índole aún menguando su capacidad negativa y transformándola en un bien social o colectivo.  La hipocresía es entonces una base que contiene fórmulas de desarrollo, puede infundir bases estructurales sólidas, contiene capacidad propia regenerativa y presenta la competencia de generar conclusiones de mejora en el entorno donde se aplica.  Sólo hay que estimar sus principios, quién la aplica y la forma de su utilización.
 
La palabra "hipócrita" designaba, en el teatro griego, al actor que utilizaba máscara y disfraz para representar una personalidad ajena a la suya. Su objetivo era no sólo deleitar al público sinó que también entretenerlo.  ¿No es esto un valor positivo?


El objetivo de este escrito es el de recuperar el concepto global de hipocresía como una idea adaptada a la praxis positiva en el contexto del proceso en la evolución del pensamiento.   No en la descripcion de un acto determinado y momentáneo, donde su significado se ve alterado por no consolidar la totalidad del conjunto de su acción.  Deberíamos separar un hecho de otro:  hipocresía en proceso e hipocresía en forma de adjetivo puntual.


Hoy día estamos experimentando una evolución descontrolada de conceptos que van a generar la estructura constructiva de una sociedad futura.  El planeta, con infinitos puntos de introducción de teoría social, está siendo acribillado por parametros discordantes que se objetivan o no midiendo sus posibilidades beneficiosas para nosotros.  Ésta, deberá conjugar todo lo positivo y deshechar todo lo negativo si queremos un futuro próximo más amable y en sintonía para todas las especies y para la naturaleza que conocemos.  La co-existencia y co-operación con los medios naturales, aprovechamientos energéticos,  combinación de ética y praxis a nivel de utilización y la conducción positiva del pensamiento humano deberán transcender en un futuro de cohesión dinámica perfecta.  Siempre incluyendo el movimiento o el cambio como algo que engloba el carácter temporal dentro del diagrama de la realidad.


Es por esto que nuestra reflexión pretende combinar, con aquello que naturalmente interviene como factor divergente de una idea como la hipocresía, en algo que puede generar un beneficio a nuestra castigada sociedad de valores.  Un concepto más para introducir en el complejo modelo de desarrollo.


Políticos sin formación determinada jamás podrán resolver problemas generados por conceptos que no han estudiado.  Por mucho que lo intenten su intelecto no les llevará a soluciones derivadas de sus contextos de especialismo.  Financieros sin escrúpulos con un indecente nivel de egolatría y ambición no pueden estar regulando las economías mundiales como se viene observando en las últimas décadas, gracias al facilitado nivel de comunicación actual con internet.  Abogados, informáticos, economistas, arquitectos, ingenieros, psicólogos, médicos, periodistas y todo el sinfín de profesionales que han iniciado y completado un cierto nivel de estudios corroborado y distinguido por la sociedad en que vivimos, tienen un papel fundamental en atender la direccionabilidad de las doctrinas que deben ser establecidas para la consonancia real del planeta.


Nunca referido al contexto elitista, no cabe la mala interpretación, sinó más bien dirigido a la experiencia que ellos poseen en el contacto mutuo con la discusión y el diálogo en cada especialidad de la cultura.  Su capacidad intelectual no es mayor necesariamente pero, con certeza, pueden distinguir las diferencias entre la hipocresía y la mentira.


El mero hecho de mencionar la hipocresía como un valor a debatir, a priori malentendido, basta para mostrar la infinidad de tareas que debemos afrontar para solucionar la crisis que está viviendo el sistema de vida en el que estamos.  Después, de aquí..., ya veremos.








 







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