En referencia al excelente artículo de nuestro estimado Professor Navarro:
..Pero no quiero abandonar el proyecto de construir otra España, muy
distinta a la actual, que sea auténticamente democrática, justa y
plurinacional. Pero no es nada fácil, incluso también bastante agotador.
Las izquierdas españolas gobernantes a pesar de definirse como
federalistas, han hecho muy poco para desarrollar el federalismo. Ha
sido un indicador más de su excesivo conformismo..
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Benvolgut Professor:
impecable artículo por su letrado contenido y bien consumado sentimiento. No obstante uno debe añadir que antes de intentar soñar con una España reconstruida, se debe observar que los ladrillos y el mortero que van a ser utilizados para la (re)construcción de su sueño provienen de canteras que pertenecen a álguien. Éstos propietarios, dotados de la capacidad intelectual necesaria van a, ineludiblemente, manipular las mezclas para engrosar su beneficio. Es economía práctica básica. Al fin y al cabo saben que el estructurista siempre sobrecalcula el sistema arquitectónico por su leve falta de precisión cognitiva. Consecuentemente, nos van a ofrecer un producto de calidad peor aunque cumplirá su función de sostén y abrigo. Será seguro para sujetar la estructura pero no para hacer que la edificación perdure en el tiempo.
Las construcciones sociales que hemos observado a lo largo de la historia han evolucionado siempre en esta forma partidaria de beneficiar totalitariamente a las minorías. Quizás sea tiempo de cambio, como se intuye principalmente en el aire internáutico, pero deberá llegar e implantarse de una forma más controlada, más locuaz. En un radio de acción más comedido, no tan generalizado y con más depurada estrategia.
Su sueño mantiene un sentido positivo que lo convierte en una innegable quimera repleta de ilusión, aunque la ejecución de tal evento resultaría probablemente una imposibilidad tácita, una utopía verdadera. Mantener la escala social en un grano más reducido posibilitaría la acción del sentido común en una sociedad más comedida. Expandir fronteras significa invadir sin lugar a dudas. La intimidad de un territorio autodeterminado debe ser siempre respetado. Lo hemos observado en el complejo proceso evolutivo de la globalización y cómo ésta ha afectado a múltiples culturas minoritarias que no necesariamente formaban parte del falso proceso de prosperidad y colaboracionismo.
Sin duda, sus palabras son de agradecer, ya que rebosan en sabiduría y experiencia pero no podemos estar de acuerdo con sus conclusiones, pues la humanidad, muy a pesar de los esfuerzos que muchos estamos intentando llevar a cabo, está contaminada con un factor no biológico e incontrolable que pronostica la extinción total de las libertades individuales y colectivas. Ese factor hace ya demasiado tiempo que fué liberado y durante décadas ha crecido en exceso. Sus efectos, ahora, son imparables y devastadores. Nadie va a dejar de perder algo que ya es suyo. La ley de la supervivencia natural.
Su sueño mantiene un sentido positivo que lo convierte en una innegable quimera repleta de ilusión, aunque la ejecución de tal evento resultaría probablemente una imposibilidad tácita, una utopía verdadera. Mantener la escala social en un grano más reducido posibilitaría la acción del sentido común en una sociedad más comedida. Expandir fronteras significa invadir sin lugar a dudas. La intimidad de un territorio autodeterminado debe ser siempre respetado. Lo hemos observado en el complejo proceso evolutivo de la globalización y cómo ésta ha afectado a múltiples culturas minoritarias que no necesariamente formaban parte del falso proceso de prosperidad y colaboracionismo.
Sin duda, sus palabras son de agradecer, ya que rebosan en sabiduría y experiencia pero no podemos estar de acuerdo con sus conclusiones, pues la humanidad, muy a pesar de los esfuerzos que muchos estamos intentando llevar a cabo, está contaminada con un factor no biológico e incontrolable que pronostica la extinción total de las libertades individuales y colectivas. Ese factor hace ya demasiado tiempo que fué liberado y durante décadas ha crecido en exceso. Sus efectos, ahora, son imparables y devastadores. Nadie va a dejar de perder algo que ya es suyo. La ley de la supervivencia natural.
Ustedes le llaman el 1%, otros lo llamamos avaricia, siempre presente como el carácter en la sombra del individuo que se manifiesta en privado y se ejecuta sobre el público. Es un mal sin remedio todavía, una enfermedad sin cura.. Para conseguir algo tangible en el proceso las investigaciones deben encauzar ese objetivo concreto mediante otra estrategia más oscura, menos visible y más enérgica y eficiente.
The Cure for Greed, by Diddo |
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